EXORCISMO
DE UNA CASA ATORMENTADA
POR
EL DEMONIO
(Del
Manual Toledano)
En
el nombre del Padre † y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
V.
Nuestro auxilio está en el nombre del Señor.
R.
Que hizo el cielo y la tierra.
V.
El Señor esté con vosotros.
R.
Y con tu espíritu.
Oremos
Dios
Omnipotente y eterno, que diste a tus sacerdotes el gran poder de que cuanto
por ellos se hace digna y perfectamente, se considere hecho por Ti: rogamos de
tu inmensa clemencia que visites lo que ahora vamos a visitar y bendigas lo que
vamos a bendecir y extiendas tu diestra poderosa sobre lo que vamos a hacer, y
por el ingreso de nuestra humildad y los méritos de los santos, huyan los
demonios y entren los ángeles de la paz. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Oremos
Oh
Dios de los Ángeles, Dios de los Arcángeles, Dios de los profetas, Dios de los
Apóstoles, Dios de los Mártires, Dios de los Confesores, Dios de las Vírgenes,
y de todos los que viven rectamente: Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo,
te invoco e invoco tu santo nombre y ruego a la preclara clemencia de tu
majestad humildemente, que te dignes darme tu ayuda contra el malísimo espíritu
y que dondequiera que esté, al oír tu nombre, velozmente salga y se aparte. Por
el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Conjuro
Te
conjuro, serpiente antigua, por el juez de vivos y muertos, por el Creador del
mundo que tiene poder para enviarte a la gehena, para que pronto te alejes de
esta casa. Te lo ordena, maldito diablo, el que ordenó a los vientos y al mar y
a las tempestades. Te lo ordena el que te mandó sumergirte desde lo alto de los
cielos a las profundidades de la tierra. Te lo manda el que te mandó
retroceder. Oye, pues, Satanás, y teme, y vencido y postrado aléjate, conjurado
en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que ha de venir a juzgar a los vivos
y a los muertos y al mundo por medio del luego. Amén.
Se
recitan los Salmos 120 al 124 mientras se asperjan con agua bendita los
diferentes lugares de la casa
Señor,
ten piedad. Cristo, ten piedad. Señor, ten piedad.
Padre
nuestro...
V.
Señor, escucha nuestra oración.
R.
Y llegue a Ti nuestro clamor.
V.
El Señor esté con vosotros.
R.
Y con tu espíritu.
Oremos
Entra,
Señor, clementemente en tu casa y haz de los corazones de tus fieles tu
perpetua mansión y concédenos que en esta casa no domine maldad alguna de los
espíritus malignos por Cristo nuestro Señor. Amén.
Se
recitan los Salmos 125 al 129 mientras se asperjan los diferentes lugares de la
casa.
Señor,
ten piedad. Cristo, ten piedad, Señor, ten piedad. Padre nuestro...
V.
Señor, escucha nuestra oración.
R.
Y llegue a Ti nuestro clamor.
V.
El Señor esté con vosotros.
R.
Y con tu espíritu.
Omnipotente
y sempiterno Dios, que estás presente en todo lugar de tus dominios y con
seguridad: atiende nuestras súplicas para que seas protector de esta casa y que
ninguna maldad de poderes contrarios se oponga, sino que por la fuerza del
Espíritu Santo y su acción haya siempre aquí ante todo servicio a Ti y una
devota libertad. Por Cristo nuestro Señor.
Se
recitan los Salmos 130 al 134 mientras se asperjan los diferentes lugares de la
casa
Señor,
ten piedad, Cristo, ten piedad, Señor ten piedad... Padre nuestro...
V.
Señor, escucha nuestra oración.
R.
Y llegue a Ti nuestro clamor.
V.
El Señor esté con vosotros.
R.
Y con tu espíritu.
Oremos
Dios,
que en todo lugar de tus dominios estás presente como guardián y protector:
escúchanos, te rogamos, para que permanezcas inviolable la ben†dición sobre
esta casa y sea merecedora de todos los beneficios de tu bondad. Por Cristo
nuestro Señor.
Enseguida
se lee el Evangelio de San Lucas 19,1-10.
Terminado
el Evangelio se bendice el incienso:
Por
la intercesión del bienaventurado arcángel Miguel que está a la derecha del
altar de los inciensos, y de todos sus elegidos, el Señor se digne bendecir †
este incienso y aceptarlo en olor de suavidad. Por Cristo nuestro Señor.
Se
inciensa la casa diciendo:
Que
este incienso bendecido por Ti, suba hasta Ti, Señor, y descienda sobre
nosotros tu misericordia.
V.
El Señor esté con vosotros.
R.
Y con tu espíritu.
Oremos
Visita,
Señor, te rogamos esta casa y aleja de ella todas las insidias del enemigo: que
tus santos ángeles habiten en ella, que nos guarden en tu paz, y que tu
bendición permanezca siempre sobre nosotros. Por Cristo nuestro Señor. Amén. La
bendición de Dios Todopoderoso, Padre †, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre
vosotros y permanezca siempre. Amén.