viernes, 28 de agosto de 2015

Exorcismo de casas atormentadas por el demonio



EXORCISMO DE UNA CASA ATORMENTADA
POR EL DEMONIO
(Del Manual Toledano)




En el nombre del Padre † y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
V. Nuestro auxilio está en el nombre del Señor.
R. Que hizo el cielo y la tierra.
V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
Oremos
Dios Omnipotente y eterno, que diste a tus sacerdotes el gran poder de que cuanto por ellos se hace digna y perfectamente, se considere hecho por Ti: rogamos de tu inmensa clemencia que visites lo que ahora vamos a visitar y bendigas lo que vamos a bendecir y extiendas tu diestra poderosa sobre lo que vamos a hacer, y por el ingreso de nuestra humildad y los méritos de los santos, huyan los demonios y entren los ángeles de la paz. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Oremos
Oh Dios de los Ángeles, Dios de los Arcángeles, Dios de los profetas, Dios de los Apóstoles, Dios de los Mártires, Dios de los Confesores, Dios de las Vírgenes, y de todos los que viven rectamente: Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, te invoco e invoco tu santo nombre y ruego a la preclara clemencia de tu majestad humildemente, que te dignes darme tu ayuda contra el malísimo espíritu y que dondequiera que esté, al oír tu nombre, velozmente salga y se aparte. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Conjuro
Te conjuro, serpiente antigua, por el juez de vivos y muertos, por el Creador del mundo que tiene poder para enviarte a la gehena, para que pronto te alejes de esta casa. Te lo ordena, maldito diablo, el que ordenó a los vientos y al mar y a las tempestades. Te lo ordena el que te mandó sumergirte desde lo alto de los cielos a las profundidades de la tierra. Te lo manda el que te mandó retroceder. Oye, pues, Satanás, y teme, y vencido y postrado aléjate, conjurado en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos y al mundo por medio del luego. Amén.
Se recitan los Salmos 120 al 124 mientras se asperjan con agua bendita los diferentes lugares de la casa
Señor, ten piedad. Cristo, ten piedad. Señor, ten piedad.
Padre nuestro...
V. Señor, escucha nuestra oración.
R. Y llegue a Ti nuestro clamor.
V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
Oremos
Entra, Señor, clementemente en tu casa y haz de los corazones de tus fieles tu perpetua mansión y concédenos que en esta casa no domine maldad alguna de los espíritus malignos por Cristo nuestro Señor. Amén.
Se recitan los Salmos 125 al 129 mientras se asperjan los diferentes lugares de la casa.
Señor, ten piedad. Cristo, ten piedad, Señor, ten piedad. Padre nuestro...
V. Señor, escucha nuestra oración.
R. Y llegue a Ti nuestro clamor.
V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
Omnipotente y sempiterno Dios, que estás presente en todo lugar de tus dominios y con seguridad: atiende nuestras súplicas para que seas protector de esta casa y que ninguna maldad de poderes contrarios se oponga, sino que por la fuerza del Espíritu Santo y su acción haya siempre aquí ante todo servicio a Ti y una devota libertad. Por Cristo nuestro Señor.
Se recitan los Salmos 130 al 134 mientras se asperjan los diferentes lugares de la casa
Señor, ten piedad, Cristo, ten piedad, Señor ten piedad... Padre nuestro...
V. Señor, escucha nuestra oración.
R. Y llegue a Ti nuestro clamor.
V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
Oremos
Dios, que en todo lugar de tus dominios estás presente como guardián y protector: escúchanos, te rogamos, para que permanezcas inviolable la ben†dición sobre esta casa y sea merecedora de todos los beneficios de tu bondad. Por Cristo nuestro Señor.

Enseguida se lee el Evangelio de San Lucas 19,1-10.

Terminado el Evangelio se bendice el incienso:
Por la intercesión del bienaventurado arcángel Miguel que está a la derecha del altar de los inciensos, y de todos sus elegidos, el Señor se digne bendecir † este incienso y aceptarlo en olor de suavidad. Por Cristo nuestro Señor.
Se inciensa la casa diciendo:
Que este incienso bendecido por Ti, suba hasta Ti, Señor, y descienda sobre nosotros tu misericordia.
V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
Oremos
Visita, Señor, te rogamos esta casa y aleja de ella todas las insidias del enemigo: que tus santos ángeles habiten en ella, que nos guarden en tu paz, y que tu bendición permanezca siempre sobre nosotros. Por Cristo nuestro Señor. Amén. La bendición de Dios Todopoderoso, Padre †, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros y permanezca siempre. Amén.



viernes, 21 de agosto de 2015

Oraciones del Ritual Romano

Oraciones para sacerdotes



BENDICION DEPRECATORIA
Contra los ratones, langostas, orugas o saltones
y otros animales nocivos.
(Rit. Rom. Tit. IX, C. IX, No. 27)
El sacerdote delegado, revestido de sobrepelliz, y estola morada se dirige a los campos perjudicados por las langostas o por otros animales nocivos y dice: 

Antífona: Levántate, Señor, ayúdanos; y líbranos por tu nombre. 

Salmo 44
Oh Dios, con nuestros propios oídos lo oímos,
nos lo contaron nuestros padres.
Gloria al Padre...
Antífona: Levántate, Señor, ayúdanos; y líbranos por tu nombre.
V. Nuestro auxilio está en el nombre del Señor.
R. Que hizo el cielo y la tierra.
V. Señor, escucha nuestra oración.
R. Y llegue a Ti nuestro clamor.
V. El Señor este con vosotros.
R. Y con tu espíritu. 

Oremos
Te rogamos, Señor que escuches con bondad nuestras plegarias: para que, aunque justamente somos afligidos por nuestros pecados y padecemos la persecución de (los ratones o de las langostas, de las orugas o de los gusanos u otros animales), por la gloria de tu nombre, misericordiosamente, nos liberes de esa persecución; para que, expulsados (as) por tu poder en adelante no hagan mal a nadie y dejen en paz y tranquilidad nuestros campos y nuestros cultivos a fin de que todos los frutos que de ellos surjan y nazcan, sirvan y den gloria a tu divina Majestad y ayuden a nuestra necesidad Por Cristo nuestro Señor. Amén. 
 
Oremos
Omnipotente y sempiterno Dios, que premias todo lo bueno y el más misericordioso con los pecadores a cuyo nombre se inclinan todos los seres en el cielo, en la tierra y en los abismos; concédenos tu poder a nosotros pecadores para que así como obramos confiados en tu misericordia, de la misma manera consigamos por tu gracia su efecto eficaz para que tú maldigas a estos portadores de peste (ratones, langostas o gusanos o animales dañinos u otros animales) que nosotros pecadores maldecimos; escojas lo que nosotros escogemos y extermines lo que nosotros queremos exterminar y librados por tu clemencia de esta peste, libremente dirijamos nuestras acciones de gracias a tu majestad. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Exorcismo
Os exorcizo pestíferos (ratones, langostas, orugas, saltones o gusanos u otros animales dañinos) por Dios † Padre Omnipotente, por Jesús † Cristo su único Hijo, por el Espíritu † Santo que procede de ambos, para que os alejéis rápidamente de nuestros campos y sembrados y no viváis más en ellos, sino que os vayáis a otros lugares en los cuales no podáis hacer daño a nadie; de parte de Dios Todopoderoso, de toda la corte celestial y de la Iglesia Santa de Dios que os maldice, para que a cualquier parte donde vayáis, seáis malditos (as), que os acabéis de día en día y desaparezcáis de tal manera que no se encuentren más rastros de vosotros en ningún lugar, a no ser que sean necesarios para la salud y el uso de los hombres. Lo cual se digne concedernos el que ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos y que vive para siempre. Amen. 

Por último se asperja con agua bendita en los lugares infectados.
  
BENDICION DE CUALQUIER MEDICINA
       (Rit. Rom. Tit. IX, C. VII, N° 4)
 
V. Nuestro auxilio está en el nombre del Señor.
R. Que hizo el cielo y la tierra.
Oremos
Oh Dios, que maravillosamente creaste al hombre y más maravillosamente lo reformaste, que te has dignado socorrer con múltiples remedios las diversas enfermedades que aquejan la mortalidad humana: atiende propicio nuestras invocaciones y derrama desde el cielo tu santa † bendición sobre esta medicina para que quien le tomare (quienes la tomaren) merezcan recibir la salud de las mentes y del espíritu. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Se asperja con agua bendita.

BENDICION DEL AGUA
       (Rit. Rom. Tit. IX, C.II)

El Sacerdote revestido de sobrepelliz y estola morada pronuncia la siguiente invocación:
V/. Nuestro auxilio es el nombre del Señor.
R/. Que hizo el cielo y la tierra.

Exorcismo de la Sal
 
Te exorcizo oh creatura de la sal por Dios † vivo, por Dios † verdadero, por Dios † santo, por Dios que ordenó por medio del profeta Eliseo que fueses puesta en el agua para sanar su esterilidad: para que te conviertas como sal exorcizada en salud para los creyentes, para que seas salud de alma y cuerpo para todos aquellos que te consuman; para que huya y se aparte del lugar donde seas puesta, toda maldad, toda acción del demonio, todo espíritu inmundo, conjurado por este Señor que ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos y el siglo por medio del fuego. Amén.

Oremos
Imploramos humildemente tu inmensa clemencia, omnipotente y eterno Dios para que te dignes con tu piedad bendecir † y santificar † esta creatura de la sal que Tú creaste para uso del género humano: a fin de que se convierte en salud de alma y cuerpo para todos los que la consuman; y para que todo aquello que sea tocado por esta sal carezca de toda inmundicia y de toda impregnación del espíritu del mal. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Exorcismo del Agua
Te exorcizo, oh creatura de agua, en nombre de Dios † Padre omnipotente, en el nombre de Jesucristo † su Hijo Nuestro Señor, y con el poder del Espíritu † Santo: para que seas agua exorcizada para ahuyentar toda fuerza del enemigo y para que puedas erradicar y arrancar al mismo enemigo con sus ángeles apostatas, por virtud del mismo Jesucristo Nuestro Señor que ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos y este siglo por el fuego. Amén.

Oremos
Oh Dios, sé propicio a nuestras suplicas e infunde la fuerza de tu bendición † a esta agua que hemos preparado con estas purificaciones para que esta tu creatura sirva para alejar a los demonios, sanar las enfermedades; para que al ser derramada sobre las casas y los lugares de los fieles éstos queden libres de toda inmundicia y de todo mal: que no resida allí un espíritu pestilente: se alejen todas las insidias del enemigo, y si hay algo que perjudique a los que habiten en ella o a su tranquilidad, por la aspersión de esta agua huyan, para que la salud que te pedimos por invocación de tu nombre quede defendida de toda impugnación del maligno por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

El Sacerdote coloca tres veces sal en el agua a manera de cruz diciendo:
Que esta mezcla de la sal y del agua se realice en el nombre del Padre † y del Hijo † y del Espíritu † Santo. Amén.
V/. El Señor esté con vosotros.
R/. Y con tu espíritu.

 Oremos
Oh Dios autor de todo poder y Rey insuperable de todo dominio y siempre triunfador magnífico, que reprimes las fuerzas del dominio del mal, que superas la servicia del enemigo, que poderosamente vences las huestes enemigas: a ti humildes te pedimos oh Señor que mires con bondad estas creaturas de sal y agua y las santifiques con tu bondad, para que doquiera que sea regada por invocación de tu santo nombre desaparezca toda infestación del espíritu inmundo, sea alejado el terror de la serpiente infernal, mediante la presencia del Espíritu Santo nos concedas benigno tu misericordia ya que humildemente te la suplicamos. Por Nuestro Señor Jesucristo tu Hijo que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

BENDICION DEL ACEITE
(Rit. Rom. TH. IX, C. VII, No. 8)
 
V/. Nuestro auxilio es el nombre del Señor.
R/. Que hizo el cielo y la tierra.
 
Exorcismo
Te exorcizo, creatura de aceite, por Dios Padre Omnipotente que hizo el cielo y la tierra, el mar y todo lo que allí existe. Que se aleje de este aceite toda fuerza del adversario, toda acción diabólica y toda incursión de Satanás, a fin de que dé a todos los que lo usen salud mental y corporal, en el nombre de Dios † Padre omnipotente, de Jesucristo † su Hijo y Señor nuestro y del Espíritu † Santo Paráclito y en el amor del mismo Señor Jesucristo que ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Amén.

V/. Señor. Escucha nuestra oración.
R/. Y llegue a ti nuestro clamor.
V/. El Señor esté con vosotros.
V/. Y con tu espíritu.

Oremos
Señor Dios omnipotente delante de quien está con temor el ejercito de los ángeles, cuyo servicio espiritual conocemos, dígnate mirar, bendecir † y santificar † este aceite con el cual mandaste ungir a los enfermos, a fin de que, una vez obtenida la salud, te diesen gracias a ti, Dios vivo y verdadero. Te rogamos que cuantos usen este aceite que bendecimos † en tu nombre queden libres de toda enfermedad, de todo dolor y todas las insidias del enemigo, y asimismo se libren de toda adversidad y nunca sean heridos por la mordedura de la antigua serpiente, ya que los has redimido con la sangre de tu Hijo. Por el mismo Señor Nuestro Jesucristo que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.
(Se hace la aspersión con agua bendita)