La astrología es el estudio del movimiento de los cuerpos celestes
con el fin de interpretar y predecir el futuro. Se trata de una forma
de adivinación y no de un método científico. No se debe confundir con la
ciencia de la astronomía la cual merece todo respeto.
La astrología se practicaba en varias culturas antiguas. En el mundo helenista (griego) se hizo en el siglo III a. C. una síntesis de las religiones astrales de los caldeos y los egipcios con las matemáticas y la astronomía griega. En la actualidad la astrología se encuentra en todas partes, desde la cultura tradicional hindú (astrología védica), hasta la sociedad secularizada de occidente. Muchos no salen de sus casas sin antes consultar su signo zodiacal en el horóscopo.
La Iglesia Católica ante la astrología.
Todas las formas de adivinación deben rechazarse: el recurso a Satán o
a los demonios, la evocación de los muertos, y otras prácticas que
equivocadamente se supone "desvelan" el porvenir. La consulta
de horóscopo, la astrología, la quiromancia, la interpretación de
presagios y de suertes, los fenómenos de visión, el recurso a
"mediums" encierran una voluntad de poder sobre el tiempo, la historia
y, finalmente, los hombres, a la vez que un deseo de granjearse la
protección de poderes ocultos. Están en contradicción con el honor y el
respeto, mezclados de temor amoroso, que debemos solamente a
Dios. -Catecismo de la Iglesia Católica #2116:
Desde el principio los cristianos comprendieron que Jesús es el
Camino, La Verdad y La Vida. Una vez encontrado, no se puede retornar a
la dependencia en la superstición, en los espíritus o en las fuerzas del
mundo.
San Pablo:
"Mas, ahora que habéis conocido a Dios, o mejor, que él os ha conocido, ¿cómo retornáis a esos elementos sin fuerza ni valor, a los cuales queréis volver a servir de nuevo? Andáis observando los días, los meses, las estaciones, los años. Me hacéis temer no haya sido en vano todo mi afán por vosotros." -Gálatas 4,9-11, ver también Rom 8,38; Col 1,16, 2,8,20.
"Mas, ahora que habéis conocido a Dios, o mejor, que él os ha conocido, ¿cómo retornáis a esos elementos sin fuerza ni valor, a los cuales queréis volver a servir de nuevo? Andáis observando los días, los meses, las estaciones, los años. Me hacéis temer no haya sido en vano todo mi afán por vosotros." -Gálatas 4,9-11, ver también Rom 8,38; Col 1,16, 2,8,20.
Los Padres (Tertuliano, Agustín y otros) denunciaron las predicciones
astrológicas, a menudo identificándolas como demoníacas. San Agustín
(m.430) acusó la astrología en su tratado La Ciudad de Dios, por ser un
sistema fatalista que niega la libertad humana.
El influjo del Islam en la filosofía medieval europea trajo consigo
algo de apertura a la astrología. El Papa Inocencio VIII condenó
enérgicamente la astrología. Hubo papas (Julio II, Pablo III, León
X) que permitieron el uso de signos astrológicos pero no enseñaron falsa
doctrina al respecto.
La Reforma protestante estuvo dividida ante la astrología.
¿No utiliza Dios la astrología para comunicarse con nosotros?
Dios puede utilizar los astros para guiar a los que no tienen aún
conocimiento de la revelación. Guió a los magos de Oriente por medio de
una estrella (Cf Mat 2,1-10), pero una vez que lo encontraron ya no
necesitaban depender del astro.
Quien ha descubierto a Jesús ha
descubierto la plenitud de la Revelación, la Sabiduría encarnada, el
pastor y guía de nuestras almas, el "sol que nace de lo alto". Su luz es
incomparablemente mayor que la de todos los astros. Por eso no sería
justo revertirse a las antiguas prácticas.
Dios puede valerse de la naturaleza y de los astros para manifestar
Su presencia o la de un mensajero (María, ángeles, santos). Por ejemplo,
al morir Jesús, el sol se ocultó. (Mat. 27: 45; Mc. 15:33; Lc 23:44).
En Fátima ocurrió el milagro del sol. Estos eventos, a diferencia de la
astrología, corroboran o confirman un mensaje que Dios ha revelado y
tienen como único propósito apuntar hacia la revelación divina. Son
iniciativa de Dios y no, como en la astrología, iniciativa del hombre en
busca del futuro.
Credibilidad académica
El periódico británico Telegraph (17 de agosto del 2003, citado por
Zenit) informó sobre un estudio científico del horóscopo llevado a cabo
con personas nacidas a principios de marzo de 1958. Muchos nacieron con
una diferencia de minutos entre si. Según la astrología, deberían tener
muchos rasgos en común. Los investigadores, sin embargo, descubrieron
que no había evidencia de similitudes.
Los lectores del horóscopo se apropian de los vaticinios como si
fuesen expresamente escritos para ellos. No se percatan de que son
generalizaciones tan amplias que, tan solo por la ley de probabilidad,
en algo aciertan o se puede interpretar que aciertan. Las predicciones
erradas, sin embargo, se olvidan.
Nuestra sociedad, mientras se jacta de ser razonable y científica,
tiene hambre por algo que pacifique la ansiedad que ocasiona un futuro
incierto. No queriendo aceptar las exigencias de Cristo a renunciar al
pecado y comprometerse con la verdad, se van tras el horóscopo y otras
formas de astrología que les ayuda a escapar hacia las estrellas.
Fuente: http://revelacionesdediosymaria.lacoctelera.net/
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